Tengo la mente inquieta, sobre todo ahora que estoy de exámenes. Los exámenes me vuelven la persona más inquieta del mundo, hago cosas que el resto del año consigo esquivar con la elegancia propia de una bailarina de ballet, pero cuando estoy de exámenes hago cualquier cosa con tal de no estudiar: muevo muebles, arreglo enchufes, cambio bombillas, plancho, doblo, coso y coloco…, abuela pero si es que nadie te hace caso cuentame aquello…, que la rinconera de la cocina necesita que la lijen, pues voy con la lima de uñas, porque además de inquieto uno es perfeccionista y cada detalle cuenta, cambio pañales, seco vasos, limpio zapatos y no aparco coches porque no tengo carnet.
Mi inquietud me ha llevado a redefinir el mundo, para posteriormente conquistarlo, porque un mundo diferente es posible: