miércoles, 19 de septiembre de 2007

Al saber le llaman suerte


Arno Penzias y Robert Wilson en 1965 estaban intentando utilizar una gran antena de telecomunicaciones. Había un ruido de fondo que no les dejaba en paz, un zumbido constante y agobiante que no les dejaba trabajar. El ruido era continuo y difuso. Llegaba de todos los puntos del cielo, día y noche, en todas las estaciones. Hicieron durante todo un año todo lo que se les ocurrió para encontrar el ruido y eliminarlo. Revisaron todo el sistema. Desmontaron y volvieron a montar los instrumentos, comprobaron circuitos, cambiaron cables, limpiaron enchufes… Se subieron a la antena y pusieron cinta aislante en todas las juntas y los remaches. Volvieron a subirse en la antena y la limpiaron a fondo. Pero aquel ruido, tan molesto, no desaparecía.

13 años mas tarde y por ese incomodo, pesado, molesto, desagradable e inoportuno ruido recibieron el Premio Nobel de Física, en 1978. Ni Penzias ni Wilson entendieron nada de lo que significaba su descubrimiento hasta que leyeron sobre el asunto en el The New York Times.

Habían encontrado el borde del universo, o al menos la parte visible de él a unos 8.640 trillones de kilómetros de distancia.

Sí, sé que puede parecer extraño pero el universo tiene borde, como el pan Bimbo. Al principio del principio, en la mas absoluta de las nadas, hubo una Gran Explosión.

Y asi partiendo de la nada, ¡¡ PUUM !! se inicia nuestro universo, en una sola palpitación cegadora, en un momento de gloria demasiado rapido para que se pueda expresar con palabras.

En el primer segundo se crea la gravedad y las demas fuerzas que gobiernan la física. En menos de un minuto, el universo tiene un millón de millones de kilómetros de anchura y sigue creciendo rápido. En tres minutos se ha producido el 98% de toda la materia que hay o que llegará a haber. Tenemos un universo y hemos tardado menos que en hacernos un bocadillo.

Así que, si conectas la televisión a cualquier canal que no captes, aproximandamente un 1% de los ruidos que veas se explican por un residuo de la Gran Explosión. La próxima vez que te quejes de que no haya nada que ver en la tele, recuerda que siempre puedes echar un vistazo al nacimiento del mundo.

Quien sabe, puede que nuestros nombres pasen en un futuro a formar parte de la historia por dejar un vaso de coca-cola durante un mes y descubrir una nueva forma de vida brotando de él, un ecosistema nuevo, doy fe yo lo he visto. O porque se hagan realidad teorías como la del Uñaverso Gigante o mi teoría de la reencarnación conjunta, porque querida Rita, tú y yo, aunque te pese, hemos sido en algún tiempo y en algún momento parte de un mismo cuerpo.

7 comentarios:

Rita The Singer dijo...

Vale estaríamos en el mismo cuerpo pero seguro que no tenía "eso", mi querida m******* lúgubre... he dicho...

Cómo me gusta el enfoque de tu blog!!! Voy a aprender cosas chachi para luego poder ganar al trivial!!!!

.... dijo...

Creo que ha llegado el momento de poner la palabra de verificacion !!!

Rita The Singer dijo...

Eso es plagio!

Coquí dijo...

Oye, y mi teoría que? jo, pues anda que no es buena ni nada!

.... dijo...

Rita: Me alegro mucho que te guste, estas cosas valen para el trivial y para los concursos de la tele. Y sí es un plagio en toda regla, pero ya sabes lo que dicen: las imitaciones (en este caso plagio) es el tributo que los mediocres hacen a los grandes genios.

Coqui: Tu teoría es para darla de comer aparte... (y mira que las mias son raras) ;P

Rita The Singer dijo...

No sé si me has entendido pero lo que era plagio era: Creo que ha llegado el momento de poner la palabra de verificacion !!!

.... dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.